16 nov 2010

Food-design, la experiencia de comer.


Como asegura el fotógrafo Inga Knölke " Un food designer es alguien que trabaja con la comida, sin ninguna idea de cocinar ” 
Es decir el food designing es mucho más que la comida “de diseño” que probamos en los restaurantes. El food-design no sólo trata de la comida cara y elaborada o la comida barata y prefabricada sino de la experiencia que vivimos entorno al acto de comer. 
Food-design, por lo tanto, es experiencia.

Estamos completamente saturados de todo por lo que buscamos novedad y originalidad para destacar y sentirnos únicos, del mismo modo que compramos las zapatillas Adidas de edición especial nos gusta ir a restaurantes singulares donde vivir experiencias que luego podamos contar. Como dice el cocinero David Ghysels “A la gente le gusta hacer cosas extraordinarias para distinguirse de sus vecinos, colegas y amigos”, este es el cambio que ha sufrido la comida en nuestros días, ya no se trata de una necesidad humana sino de una experiencia más para convertir un momento en algo exclusivo.

Por eso la comida en sí pasa a un segundo plano dando preferencia a las sensaciones que se experimentan en un espacio diseñado a conciencia para enfatizar ese alimento que se presenta porque ¿cuántas veces has ido a un restaurante “ de diseño” atraído por su espacio y has terminado comiendo basura? Veámos entonces ciertos lugares donde se vende una experiencia por encima de un alimento.

En Barcelona, se ha abierto un nuevo restaurante llamado “ Dans le noir” que pretende sumergir al cliente en una atmósfera apreciada solo por cuatro sentidos, rechazando lo visual y enfatizando el olor, el gusto, el tacto y el oido. Realiza así una reivindicación de que la apariencia no lo es todo, dando que pensar a un gran público que solamente es capaz de ver algo de diseño como algo en lo que prima la estética. Sobretodo, vende una experiencia a partir de la manipulación de la percepción, como se asegura en su página web “Dans le noir? Mucho más que un restaurante...Una experiencia sensorial, humana y social única”




Y hablando de único, “Dinner in the sky” es otro concepto de esos que impactan. Consiste en una grúa que sostiene una mesa y sus asientos a una altura de 50 metros, pudiendo así disfrutar de una preciosa vista y viviendo una experiencia extravagante que morirás por contar a la vecina.




Como en todo existen exageraciones y extravagancias, como el restaurante japonés Modern Toilet, el cual se ambienta en un cuarto de baño. Allí las sillas son inodoros, las mesas son lavabos, las servilletas obviamente papel higiénico y los platos a degustar son servidos en escupideras mientras que las bebidas son servidas en orinales. Si buscas una experiencia extraña y original, ¿qué mejor que comer tan escatologicamente?





Este restaurante a modo de baño no es el único ya que existe la tendencia a abrir restaurantes que recrean espacios poco cotidianos a la hora de comer, como por ejemplo un restaurante en Taipei llamado “ The Jail” que vende la experiencia de comer como en una prisión.




Esta experiencia alimenticia que se vende hoy en día no sólo abarca el espacio donde se da sino también los utensilios que se emplean en el acto de comer, estos productos pretenden acercar al comensal hacia una experiencia más delicada, asombrosa y por lo tanto, memorable.


Es el caso de Spoonnachos, que combina la tipica patata chip con la forma de una cuchara, facilitando así el consumo desmesurado de nachos y su salsa. Ésta consigue crear, al menos, una sonrisa en el usuario el cual se sentirá levemente más unido a dicho producto.





También buscan esta estrecha relación entre usuario y producto los diseños del estudio Entresuelo 1a, que ha creado una taza que permite una experiencia altamente gustosa al permitir introducir cualquier tipo de galleta en ella sin necesidad de romperla, y también una gama de platos que solucionan esos pequeños detalles que tanto molestan como la última gotita de sopa en el fondo del plato o el guisante que se revela y se niega a entrar en la cuchara.





Para finalizar, y también mostrar el alcance que está sufriendo esa rama del food-design como experiencia alimenticia, veámos un ejemplo que todos conocemos, Mc Donald´s.

En  la actualidad McDonald's es la cadena más grande del mundo, presente en todos los países como símbolo de Estados Unidos y representando la comida rápida, el capitalismo y la globalización.
Muestra de esto son sus locales, que podemos encontrar desde China hasta Italia, en los que se venden los mismos productos y se aprecia la misma estética. En un principio estas franquicias promulgaban su filosofía de negocio de comida rápida a través de los colores rojos (que aceleran el ritmo cardíaco) los amarillos (que alteran la vista), el mobiliario incómodo y los olores impregnantes, creando así un conjunto de cualidades que pretendían evitar la larga estancia de los clientes. Mc Donald´s era rapidez.



Poco a poco ha sabido transformar todo esto en favor a la demanda de un nuevo público que pertenece a los nuevos tiempos y que exige nuevos retos para la empresa.
Hoy en día, Mc Donald´s remodela sus restaurantes (porque sí, se llaman restaurantes) hasta convertirlos en pequeños lugares donde vivir una experiencia de diseño. Fíjense en que el rojo chillón ha desaparecido por culpa de un verde más orgánico y natural, los asientos incómodos por sofás de cuero. Los packs de comida también han cambiado y su web es ahora tan sencilla, moderna y limpia que asombra... 




Esto es debido a que el nuevo público reclama comida “de calidad” atribuyendo a esta expresión los adjetivos “bueno” “exquisito” y “elaborado”, rasgos que no envuelven a una franquicia como McDonald´s, pero que esta pretende conseguir mediante la aportación de una determinada estética.  Es decir, incluso la mayor franquicia mundial decide cambiar su filosofía originaria para vender una nueva experiencia de comida basura rápida, que aún siendo la misma, cada vez nos parece menos rápida y menos basura.





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